En esta imagen
podemos observar que el agua es de cristal, clara,
transparente, que cuando te metes
puedes verte las uñas de los pies, es como si
hubiese un cristal acabado de limpiar;
tan fresca,
que solo apetece meterte en ella, con su maravillosa tonalidad que proporcionan
las algas de abajo;
ese azul verdoso,
que hace que parezca un cuadro de Monet. La arena
blanca; pues
nevado ves el paisaje desde lejos, da sensación de pureza, de libertad. Las piedras duras
como el acero y resbaladizas; con ese tono oscuro
por encima, que parece que les hayan tirado cubos de pintura. Cuando miras
hacia el horizonte, hace que te confundas donde acaba el mar y donde empieza el
cielo, resulta infinito. Las nubes de algodón,
blancas como perlas; que apetece dormir sobre ellas. Las palmeras verdes malaquita, parecen un
yacimiento de la misma piedra, contrastan con el azul maya del agua. Es el paisaje ideal para relajarse, para
encontrarse así mismo y para no volver nunca…
Metáfora: Azul
Símil o
comparación: Rojo
Adjetivo: Morado
Marcador de
orden espacial: Verde

Ahora lo pueden hacer con el mismo paisaje pero con Descripción objetiva
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